sábado, 18 de abril de 2009

Detrás de una puerta II

Fotografía: Pedro M. Martínez. Director de la Revista Almiar (Margen Cero)
Me quedé mirando silenciosamente la puerta sin atreverme a trasponerla. Hacía tanto tiempo que esperaba este momento y ahora que podía ver lo que había detrás, dudaba.
Escuché ruidos en el interior, murmullos y pasos apurados. Alguien se acercaba e intentaba abrirla. Retrocedí un poco, me quedé clavada en el piso, sin poder siquiera parpadear.
La puerta crujió, se movió apenas, finalmente se abrió...

Allí estaba la tía Sara, la que me estará esperando seguramente en un lugar de Orense, la que dejaron mis abuelos para venir a la Argentina y nunca pudieron volver a buscar, no la volvieron a ver. 


La tía Sara que me escribía con letra apretada y temblorosa, que no entiende, nunca entendió por qué la separación, por qué nunca pudo abrazar a mi madre...

Alguna vez, Galicia, podré cruzar el umbral de esa puerta...